Nuestro
cerebro está dividido en dos hemisferios, izquierdo y derecho, cada
uno de los cuales controla la parte opuesta del cuerpo. Pues bien,
los ejercicios de gateo refuerzan el patrón cruzado y, por tanto,
ayudan a mejorar la coordinación entre los dos lados de nuestro
cuerpo.
¿Resulta
afectiva?
En
la actualidad no existen estudios fiables que determinen si la
estimulación temprana realmente resulta afectiva o no en el
desarrollo neuronal de un bebé. El problema es que no es posible
volver atrás y probar que hubiera pasado si se hubiera actuado de
manera diferente.